En nuestro camino hacia Ankara, capital del País, el guia nos ha sugerido pararnos a visitar una antigua Posta de la ruta de la Seda. Las Postas eran lugares en los que los comerciantes, mercaderes y en general cualquier viajero que estuviese por Asia pudiera pararse a descansar de forma segura en medio del desierto.
Dentro de una de las habitaciones
Una Posta era una construcción cuadrada bastante laraga, para ofrecer cobijo a cientos de visitantes. En el centro de cada una de las Postas se encotraba una torre donde los guardias ejjercian su deber de vigilar los alrededores en busca de saqueadores o bandidos. Cuando los viajeros llegaban, se les hacia una comprobacion de las mercancias, para averiguar que llevaaban y debian pagar un pequeño diezmo para hospedarse en estos ligares, en los que disponian de habitaciones cojunta pero muy frescas, comida y agua potable, así como cuadra para los caballos o las bestias de carga.
Dentro del recinto se encontraba también una pequeña zona religios, que bien podía ser utilizada como mezquita a pesar de no tener siempre un Imán (título religioso árabe).
Tal vez, uno de los lugares más interesantes del viaje se encuentre también en Capadocia. Cuando uno observa el paisaje ya se queda impresionado por el equilibrio de las rocas, la forma de los hogares de la gente, etc.
A la izquierda podemos ver un poco del paisaje de Capadocia. En la penúltima foto se puede ver que las rocas y las chimeneas se han convertido en hogares (podemos ver incluso la antena) y, aunque no lo parezcan, estas casas son las más frescas de todo el viaje. Durante el veranos mantienen una temperatura que invita a quedarse mientras que en invierno guardan el calor para no tener frío, de modo que esta gente no gasta en calefacción o aire acondicionado.
Pero bueno, en esta entrada me gustaría más centrarme en las ciudades subterráneas. Estas antiguas cuevas servían de refugio a los habitantes en la épocas más antiguas, y actualmente se permite visitaralas, ya que han sido reforzadas para que sean totalmente seguras, la única pega es que los últimos tres niveles están hundidos y no se permite ver nada, pero estamos hablando de construcciones antes de Cristo que superan los 200 metros de profundidad (en teoría) y estaban equipadas con respiraderos, caballerizas, panaderías, pozos de
agua, y lo necesario para albergar poblaciones que podían llegar hasta
20.000 habitantes.
Las ciudades subterraneas también son húmedas y permiten soportar bien el calor, sin embargo, si no hubiera mapas o guías, sería un completo laberinto.
En Pamukkale cerca de la ciudad de Hierápolis, concretamente en el valle del río Menderes, se encuentra Pamukkale, que quiere decir "castillo de algodón" en turc. Es una zona natural, que es al mismo tiempo una famosa atracción turística. La antigua ciudad romana se construyó en lo alto del ‘castillo’ blanco, que en total tiene 2700 metros
de longitud y 160 de altura.
Las terrazas de Travertino
Los movimientos tectónicos que tuvieron lugar en la depresión de la
falla de la cuenca del río Menderes no sólo causaron frecuentes
terremotos sino que también ocasionaron la aparición de numerosas
fuentes de aguas termales. Fueron esas aguas, con su alto contenido en
minerales las que crearon Pamukkale.
Encima de las terrazas se encuentra una antigua ciudad romana que veremos pronto y, justo en el cominezo de la terraza se encuentran unas piscinas de carbonato cálcico y su agua suele estar bastante caliente
A continuación os mostraré uno de los lugares más increíbles de Turquía, se trata de la antigua ciudad griega de Éfeso. La ciudad fue en la antigüedad una localidad de Asia menor. También fue una de las doce ciudades jónicas a orillas del mar Egeo, situada entre el extremo norte de Panayr Dağ (el antiguo monte Pion) y la desembocadura del río Caístro. Al este se hallaban la colina de
Ayasoluk, con el valle a sus pies, y la población actual de Selçuk, cerca del mar, el monte Pion y el monte Coreso (actual Bulbul Dagh), a cuyos pies se encontraba la ciudad antigua. Fue un importante centro religioso, cultural y comercial. Actualmente sus ruinas constituyen una atracción turística importante.
El teatro de Éfeso
La puerta de la biblioteca de Celso, el símbolo de la ciudad
Visitar la antigua ciudad es increíble, ya que se pueden apreciar cómo era la ciudad antiguamente, puesto que muchas partes de la ciudad tales como templos, el teatro, las termas o los baños están conservados estupendamente.
En esta ciudad se encuentra la biblioteca de Celso, que data de ser la más antigua del mundo. Actualmente sólo se conserva su fachada y su entrada principal, pero aún así es una visión increíble que merece la pena ver.
Además, al ser un lugar básicamente turístico, a la salida de las ruinas se encuentran un montón de puestos de souvenirs, restaurantes, atracciones tales como montar y dar un paseo en camello, etc....
Pero tal vez lo más curioso sea que, en veranos, practicamente todos los días, en las propia ruinas hay una pequeña representación de romanos de la roma clásica, con el fin de entretener a los visitantes.
Desde el paseo central se puede ver las ruinas de Pérgamo
Nuestro viaje continua en Pérgamo, concretamente en el antiguo hospital psiquiátrico, que tiene fama de ser el primer hospital del mundo (por lo menos hasta el momento).
Desde las ruinas del hospital se puede ver claramente arriba del monte el agora y las ruinas de la antigua ciudad.
Uno de los túneles por donde caminaban los enfermos
Según lo que nos contaron y lo que leí, en el hospital se trataba todo tipo de enfermedades, pero sobre todo se preocupaban de los enfermos mentales, a los que le hacían distintos tratamientos para las curas, uno de ellos era meterles de uno en uno en un tunel completamente a ocuras y, mientras estos andaban, los médicos y enfermeros, mediante unos agujeros les gritaban cosas tales como "te vas a curar", "te vas a poner bien" (palabras textuales del guía), además, desde abajo (zona ahora imposible de apreciar ya que se derrumbó) salían vapores de plantas (que según dijo el guía "mediante plantas alucinógenas, pensad vosotros lo que queráis").
Dicho esto, quiero añadir que en mi opinión el hospital tiene la misma importancia que la ciudad, a pesar de no ser muy conocido, de modo que es una visita que recomiendo, además en el hospital se puede ver el teatro privado de los internos, que goza de una conservación impecable.
Finalmete, si deseáis buscar más información sobre esto encontré una pagina que puede ser interesante, para verla haced click aquí.
Vista de la acrópolis Pérgamo desde el Hospital Psiquiatrico
Antes de llegar a Izmir (Esmirna) visitaremos una antigua ciudad de la costa del Egeo, se trata de Pérgamo, una antigua ciudad que domina la moderna ciudad de Bergana.
Pérgamo se alza en lo alto de una colina, donde domina la ciudad actual. Fue fundada en el siglo VIII a.C., y durante un tiempo fue gobernada por algunos de los generales de Alejandro Magno.
En la acrópolis podemos observar distntas partes de la antigua ciudad, desde las murallas, hasta la biblioteca (o más bien lo que queda de ella), pasando por el altar de Zeus, que fue descubierto recientemente (1870), el teatro o también el templo de Trajano.
Restos de la biblioteca
La biblioteca tenía fama de haber albergado hasta 200.000 rollos de pergamino pero gran parte de las obras se transladaron a la bilbioteca rival de Alejandría, como parte del regalo de boda de Marco Antonio a Cleopatra.
El teatro fué construido en el siglo III a.C. y cuenta
todavía con las 80 hileras de asientos, pero es bastante peligroso bajar hasta la parte de abajo. Posee
una capcidad estimada para 10.000 espectadores.
Como
en cualquier teatro griego o romano, desde cualquier punto de los
asientos se puede escuchar perfectamente a cualquier persona situada en
el escenario aunque hablase en voz baja.
Finalmente puedo decir que es una vista que merece la pena, pero si se viaja en verano es recomendable llevar gorras o prendas que tapen del sol, y también buscar de vez en cuando una sombra.